¿A quién no le gusta la garrapiñada? Esta golosina típica de la mesa navideña, que también se come durante el resto del año, es un clásico. Sin embargo, cuando investigas el origen de su receta, empiezan a surgir las dudas… la documentación es exigua ¿De dónde procede? Es sabido que en el Antiguo Egipto existía la costumbre de preservar las nueces y frutas con miel, y que los árabes trajeron a la Península sus dulces con almíbar, y con ellos, la tradición de acaramelar los frutos secos. De hecho, en el Medio Oriente todavía es común que se elaboren variaciones de la garrapiñada, para lo que se emplean castañas de cajú, nueces, pistachos, almendras o semillas de sésamo. Sin embargo, la primera receta documentada de garrapiñada, de maní en este caso, proviene de los Estados Unidos y es de principios del siglo XX: la publicó la cocinera Emma Paddock Telford en su libro de recetas, aunque hay registros que indican que ya hacia 1850 se vendían en ese país “caramelos de maní” (peanut candy). Pero hasta hoy, no ha habido nadie capaz de hallar el eslabón perdido entre los árabes y la tradición estadounidense, lo que añade una cierta dosis de misterio a la historia de este delicioso dulce navideño. Hoy somos nosotros, con nuestra miel y nuestras almendras de la variedad guara, cosechadas en los arboles colindantes al viñedo de la finca, quienes os proponemos un pecado venial garrapiñado, ideal para cualquier aperitivo, para picar entre horas, y como devota penitencia… Las ‘Legañas de monja’. Solo un consejo, ¡que nos os pierda la tentación!
Legañas de monja
16,00 € IVA y transporte incluidos (en la Península)
+ Free ShippingAlmendras de nuestra finca garrapiñadas
3 tarros de 165 gr (peso neto).
Ingredientes: Almendra (variedad guara) frita con azúcar y miel.
Fruto seco. Puede contener alérgenos.