Descripción
Las tardes de los fríos meses de invierno en los viñedos y bodega, al calor de la chimenea, hacen que la cocina de casa revolotee inquieta y tramante de quehaceres gastronómicos que satisfagan los voraces apetitos de los cuatro guajes de casa, en especial el de Marcelina –la pequeña– que, a parte de los unicornios, el chocolate –como casi a todos nosotros–, la pierde. Es así como, con las almendras variedad guara, plantadas en la cercanía de las cepas de la finca hace ya unos cuantos años, y buscando un postre que combata bien los rigores de diciembre y enero, se convierten en los superlativos “pedillos de fraile”: almendra pelada, tostada un poco en el horno y recubierta, muy pero que muy bien, con chocolate negro con una pureza de un 70% y a continuación, antes de su secado, se espolvorea con fina canela en rama recién machacada. Así elaboramos los auténticos y deliciosos “pedillos de fraile”, propios de una tradición tan antigua como devota, que recomendamos tomar aparte con una copita de Gotas Santas, con una moderación religiosa propia del que sabe que está pecando. Porque… no nos engañemos, pecado son… aunque Marcelina aún no lo sepa.